Una de mis mayores fuentes de inspiración proviene de mis raíces: mi madre.

Como costurera, su pieza de moda favorita era el ahora icónico “Little Black Dress” de Dior.

Conociendo el camino de mi madre como costurera migrante de posguerra, dejando su hogar en la Isla en Europa para continuar su trabajo de vida en un nuevo país, siempre he estado orgullosa de su historia.

Así que cuando me pidió visitar la exposición de moda “La Casa de Dior: Setenta Años de Alta Costura” en la National Gallery of Victoria, fue un honor llevarla. Ver su alegría en cada detalle intrincado de la artesanía de Dior revivió su espíritu.

De joven y durante mis veinte años, observé a mi madre trabajar incansablemente para crear hermosas piezas de moda. Ella se enorgullecía de hacerme lucir lo mejor posible, cosiendo meticulosamente casi todos mis vestidos, faldas y trajes.

Elegíamos telas y patrones juntos, y ella ajustaba cada manga y dobladillo a la perfección. Cada pieza era única, hecha con amor y algo que nadie más tenía.

Mi madre entendía que el verdadero arte requiere pasión, paciencia, tiempo, esfuerzo y habilidad. Para ella, coser era su arte.

Los motivos de bordado, de su hogar en la Isla, son reconocidos mundialmente, representando escenas de la vida cotidiana. ¡Estas piezas hechas a mano se exhiben con orgullo en el Museo de Folklore, un testimonio de su importancia cultural!

A través de mis viajes y la influencia de mi madre, desarrollé una profunda apreciación por la artesanía hecha a mano. Esto, combinado con mi pasión por las piedras preciosas y las telas, me llevó a crear Mara Blak.